Los Mejores Chocolates del Mundo: Lo Efímero de la Comida

Este viernes Florencia empezó a celebrar un fin de semana culinario con Fuori di taste un festival que varios lugares de la ciudad celebran dando degustaciones, sabores únicos ó platillos exclusivos sólo por un día. Así que no hace falta decir que fue un fin de semana algo ajetreado y sin duda alguna lo ideal para una foodie como yo. Pero cabe mencionar que este festival no fue para nada hecho para los estudiantes como yo. Es bastante costoso y casi todos los restaurantes que colaboraron eran bastante exclusivos y costosos (sin mencionar que ofrecían una cena única…a precios UNICAMENTE inalcanzables) por eso realmente lo que hice el fin de semana fue armar mi propio festival culinario.

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La idea era aprovechar que no llovería y fuimos a probar muchas cosas por la ciudad. Mi novio y yo nos aventuramos a lo que se supone tiene el merito del mejor capuccino de europa en el nuevo Ditta Artigianale en el Oltrarno. Un lugar bastante más grande que el original atrás de Piazza Signoria y que pinta sus paredes como las de los años 60. La diferencia es que este local es mucho más chic e ideal para un aperitivo ya que tambien cuentan con un menu pequeño pero de alta calidad y que se esconde muy cerca del ponte vecchio y sin embargo alejado de los turistas.

ditta

Sin embargo durante el día decidí a darme una vuelta por Laduree cerca de la lujosa calle de Tornabuoni. Para mi sorpresa,  mi novio no tenía ni idea de la existencia de Laduree en Florencia y jamás habia entrado a uno. De hecho la primera vez que había probado un macarrón frances fue en un reciente viaje en verano que hizo a Bélgica con sus amigos y para nada se parecía a los bellisimos y lujosos locales que Laduree cuenta. Y decidí comprar un poco para los dos para que así lo probara. Le expliqué que el branding del negocio es muy famoso entre los diseñadores gráficos y que la historia detrás del negocio es realmente fascinante. Me encontré explicandole la belleza de los macarrones y de la repostería fina mientras caminabamos por el arno. Le dije que no sólo los ingredientes eran costosos si no que su preparación era muy delicada. Y que era un postre que dependía tanto de la técnica, que uno profesional realmente hacia la diferencia de uno comprado en el supermercado. Le dije «Laduree vende sus postres junto con la experiencia de comprar una joya» es por eso que existe la opción de regalar un sólo macarrón en una de sus hermosas cajas que te hacen recordar a Maria Antonieta. Expliqué que el macarrón siempre se ha vendido de una manera ostentosa y lujosa ya sea por Angelina en París ó el asombroso trabajo de Anagrama con Theurel y Thomas en México.

macarron

Lo que en un principio era una explicación sobre el branding de una marca, lentamente se transformó en un análisis sobre el valor de la comida y cómo lo más especial para mí en la comida era lo efímero de su existencia. Le conté de cómo desde que era yo pequeña la comida era un valor muy especial y necesario en mi familia. Los fines de semana eran días en donde se tenía que estar con la familia e invertir el dinero en organizar una comida para todos ó salir a comer. La experiencia que el arte culinario brinda es única y por eso es vital que la comida sea buena, tanto por cómo es servida y preparada a dónde se sirve y con quien se degusta. Siempre desde temprana edad mi familia me comparaba con mi bisabuela a quien apodabamos «guapita» por guardar chocolates, tés y galletas especiales para una ocasión y es que yo siempre aprecié el valor detrás de un buen platillo. Y no con eso quiero decir que la comida tiene que ser estrellas michelin, para nada, la comida tiene que ser buena y ya. Es más fácil decirlo que entenderlo, pero realmente todo recae en el valor que tiene la comida por crear experiencias efímeras.

postre

Un buen ejemplo de lo quiero decir con esto es un pequeño relato de cuando mi padre ocasionalmente me compraba un chocolate Lindt. Yo nací en Pachuca, Hidalgo y era muy raro encontrar cosas de otros países o comida gourmet en la pequeña ciudad hidalguense. Sin embargo a veces mi papá encontraba una bolsa de chocolates Lindt, o a veces vendían los chocolates individualmente en Blockbuster. Y recuerdo la primera vez que probé uno. No recuerdo bien qué edad tenía pero recuerdo que estabamos buscando qué rentar para el fin de semana en Blockbuster y entre los dulces importados del negocio, vendían una pequeña caja con 3 chocolates Lindt azules. Mi papá tomó una caja y la compró diciendo «Wow! aquí venden chocolates Lindt!» y yo no tenía idea de por qué tanta emoción. Cuando regresamos a la casa, abrío la caja y me dió uno, no sin antes decirme una cosa que nunca se me olvidó: «Ten. Estos chocolates son europeos y son de los mejores chocolates del mundo!». Basta decir que me quede impresionada.

arbolito
Mi primer arbolito de navidad en europa, con chocolates Lindt como esferas!

Todavía no comía el chocolate y ya me sentía una niña afortunada. Para mí yo tenía la gran suerte de tener en mis manitas el mejor chocolate del mundo y ahora podría probarlo. Y eso hice. Lo probé. Lo hice lentamente esperando a que la primera capa se derritiera y dejará que la crema de chocolate del centro suavizara mi paladar con su sabor azucarado. Fue el mejor chocolate del mundo. Y todo gracias a que no era infinito.

El chocolate duró conmigo menos de 1 minuto (como debe de ser) y sin embargo creó en mí una mini revolución. En la escuela le conté a mi mejor amiga como había probado el mejor chocolate del mundo e incluso recuerdo una vez como le pedí a mi papá que me diera un chocolate para llevarlo en mi lunch y presumirlo. La belleza detrás del excelente sabor del pequeño chocolate era la exlcusividad detrás de él. El valor único que pudo ver mi papá en el chocolate hizo que yo pudiera apreciarlo de la manera en que lo merecía. Lo mismo pasó cuando probé mi primer chocolate Baci en el stand de Italia en Epcot en Disneyworld. Mi chismoso padre dijo que tambien era uno de los mejores chocolates del mundo y como venían sólo de Italia (lo cual es cierto) y era muy raro encontrarlos en cualquier otro lugar (tambien es cierto.) Y tal y como hice con Lindt, me degusté ese Baci como si estuviese comiendome un diamante y para mí siempre lo ha sido. Porque con los años y con los viajes he descubierto que la belleza detrás de comer es que no dura, que no estas comprando algo que utilizarás pero sí estas comprando una pequeña inversión. Ya sea en tu salud o en un placer personal, la comida es una inversión para memorias y experiencias. El arte culinario es tan poderoso que puede transmitir emociones, crear memorias, contar historias y desear que nunca se terminara. Algo muy similar a la filosofía de mi amiga Sally Pimienta. Quiza lo que hace falta para poder aprecíar lo que comemos es poder ver la perspectiva de la comida como arte. Y tal como el arte, tiene que ser apreciada según su lugar, su procedencia, el artista, el concepto, etc. Un taco servido por una señora en pijama en el mercado Juarez no tiene porque ser menos delicioso que una comida de 3 estrellas michelin en París. Es sólo cuestión de poder apreciar la comida como arte y saber apreciarla y juzgarla por eso. Quizá así un fin de semana culinario no tenga que ser costoso, y sólo necesites de un poco de té, una excelente compañia, ganas de hablar de tonterías pero sobretodo una mente abierta y un estomago vacío.

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Hoy vivo muy cerca de una tienda Lindt, donde muchos turistas van y compran chocolates todos los días. Vivo a unos pasos del supermercado que vende en la caja chocolates Baci como si nada. A sólo unas calles de mí está Laduree con sus lujosos postres. Y sin embargo cada vez que siento que quiero celebrar una ocasión especial ó quiero relajarme, ó simplemente tengo ganas, voy y compró uno de esos productos. Cuando viajo a México le traigo a mi familia siempre una pequeña caja de 4 Baci (siempre pocos para que no olviden su rareza en el mundo.) Cuando me siento con ganas compró una caja de 6 macarrones Laduree y nunca me lo cómo sóla y sin un excelente té  para servir. Pero cuando quiero estar contenta y acordarme de mi papá, me compró un chocolate Lindt, simplemente porque son el mejor chocolate en el mundo.

pap[a y yo

Eso es todo garnachitas! Disfruten de un chocolatito por mí!

¿Qué comida les trae un buen recuerdo?

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o simplemente déjenme un comentario aquí abajo 😀

 

Su chocolatosa,

J.E

6 comentarios en “Los Mejores Chocolates del Mundo: Lo Efímero de la Comida

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