Dante, el erizo florentino.

Este viernes fue un día de locos. Faltaban unos cuantos días para empezar clases y yo pensaba en mil cosas que hacer. Recientemente me inscribí a una especialización de marketing Digital atraves de Coursera, inicié unos cuantos trabajos a traves de Fiverr, regresé de México y estuve planeando como celebrar mi primer aniversario con mi novio. A todo eso hay que agragarle la subida del dolar, el jetlag, limpiar la casa y rezar el padre nuestro el día en que llegan las cuentas de luz. En fin, fue una semana ocupada y sin embargo me dio tiempo de pensar en otro cosa, o más bien…en alguien más.

Tener una mascota con una vida que cambia cada 3-4 meses es una idea que la mayoría de las veces sonará espantosa para casi cualquier tipo de animalito. Y luego que el dueño sea estudiante y llegue tarde a su casa tambien puede generar problemas para un animal que necesite de una atención constante. Pero este invierno pensé que mi novio y yo podríamos conseguir un erizo africano. Aquel mounstrito de púas ya había sido mío hace unos 4 años y era de nombre Elvis. Para mi fortuna me sigue la sombra un historial de mascotas exoticas gracias a que como soy alergica a los perritos (aun que siempre hemos tenido un perro en casa…lol) mi familia me compraba una mascota a mi para jugar e interactuar sin que me salieran ronchas en todo el cuerpo. Y sin embargo este historial no lo comaprte mi novio quien sus experiencias con mascotas no han ido más lejos que dos pajaritos con una trágica historia y un pez. Sin embargo después de enseñarle todo el mes fotos y videos de uno, le dije que sería posible adoptar uno entre los dos, que podríamos seguir un esquema de erizo hijo de divorciados. En donde el erizo estaría conmigo 3 meses y cuando yo regresará a México podría estar con el. Y como el plan no sonaba mal, decidimos llevarlo acabo.

El problema se vino después, buscar un erizo africano o casi cualquier mascota que no sea un perro ó un gato en italia es un problema. ¿Por qué? Porque las tiendas especializadas de mascotas no son para nada como las que podemos encontrar de cadena en México, y por lo tanto no existen tantas y las que hay nunca están cerca. Sin embargo para mi sorpresa, existen muchos más veterinarios para animales exóticos en la ciudad que tiendas donde comprarlos ironicamente. Buscamos por doquier en anuncios de criaderos que vendían a sus erizos, pero al final todos nos dijeron que los erizitos no estarían disponibles hasta dentro de 2 meses y medio. Yo (que por supuesto quería pasar tiempo con el y no sólo un mes antes de irme) me llené de desconfianza en pensar que después de un mes, mi novio que no tiene mucha experiencia con animales, tendría que cuidar de un erizo bebe. Por eso continué mi busqueda hasta encontrar con un erizo en Florencia, en un lugar a sólo 20 minutos en tren de la ciudad, Signa. La dueña era una veterinaria que tenía 3 erizos, 3 gatos egipcios, 2 perros, pajaros y un bebe humano. Me dio confianza saber que tenía muchos animales y el hecho de que el erizo en las fotos se veía bastante saludable.

Nos aventuramos a Signa mi novio y yo el viernes. Se suponía que sería el martes pero yo decidí adelantarme y comprar la casa del erizo en una tienda (hasta la chingada) en la ciudad. Mientras más rápido nos quitaramos del problema de ir a recogerlo, mejor. Al llegar, esperamos en una banqueta enfrente de la diminuta estación de Signa, y vaya que el pueblito era bastante lindo, ninguno de los dos lo habiamos visto y sin embargo era bastante acogedor. De pronto esta señora aparece, nos dice que nos enseña al erizo y saca una pequeña caja de zapatos. Dentro de esta entre montañas de acerrín un cobijita diminuta, estaba Dante, un erizo de 2 meses y medio con una carita de angel que no podía asustar a nadie, era un erizo bebe que se convertiría en un aventurero!

Lo regresamos a la casa protegiendolo del frío. La gente lo miraba con asombro y algo de miedo, pensaban que sus diminutas púas serían dolorosas, y sin embargo no había nadie que al mirar su dulce carita no se derritiera de ternura. Y esto obviamente aplicó a mi novio, quien muy emocionado estuvo jugando con el 2 días enteros e intentando hacer que el animalito nos odiara menos.

Le compramos una casita de dos pisos a le que apodamos «el depa» que tenía dos camitas, una es una piña y la otra es de plástico verde. Le dimos su comita en su nuevo platito rojo, le compramos una bufanda en HM por 3 euros y la usamos para su tabla de calor posicionada justo debajo de su casita de piña. Le encantó! 😀